Luis Atienza para Co.CociudadaNa
Co.CociudadaNa, en esta ocasión, ha tenido la oportunidad de reflexionar sobre la transición energética desde el reciente Acuerdo de París contra el Cambio Climático. Para ello, ha contado con Luis Atienza; ha sido Profesor de la Universidad de Deusto, Consejero de Economía del Gobierno Vasco (1989-1991), Secretario de Energía en el Ministerio de Industria (1993-1994), Ministro de Agricultura (1994-1996) y Presidente de Red Eléctrica de España (2004-2012).
En la actualidad, entre otras actividades, es consultor en asuntos energéticos, preside Argo Capital Partners y es consejero de Empresa Energía Honduras. En torno a un World Café una treintena de personas han escuchado al ponente y participado activamente del debate. El ponente situó el reciente Acuerdo de París contra el cambio climático como una señal inequívoca de que existe una voluntad global de avanzar hacia la descarbonización de la economía. Entre los aspectos positivos del acuerdo destacó que ha acabado definitivamente con el negacionismo sobre el cambio climático y ha fijado el objetivo de limitar a dos grados el incremento de temperatura media respecto del período preindustrial, con la aspiración de bajar en el futuro ese límite a un grado y medio.
Luis Atienza consideró que la tecnología está permitiendo mejoras significativas en la eficiencia energética de los motores, de la iluminación, de los sistemas de calor y frío y de los procesos industriales, al tiempo que las energías solar y eólica son cada vez más competitivas. La maduración de las renovables y de los sistemas de almacenamiento en baterías, y el desarrollo de las tecnologías de la información, permiten pronosticar la viabilidad técnica y económica de la plena descarbonización del sistema eléctrico. Y se atisba también el progreso en el conjunto de la economía a través de una mayor penetración de la electricidad en todos los ámbitos, incluido el transporte.
Sin embargo advirtió que los bajos precios estimulan la demanda de combustibles fósiles, frenan las inversiones en ahorro y eficiencia y la penetración de los vehículos híbridos y eléctricos, y reducen la competitividad de las energías renovables frente al carbón y el gas natural en la generación de electricidad. Al mismo tiempo aumentan el incentivo para que los países arrastren los pies y reduzcan la ambición de sus planes contra el cambio climático, porque ahora resulta más barato mantener la energía fósil en el mix energético. En el lado positivo hay que destacar que los bajos precios de los combustibles fósiles provocan una importante transferencia de renta desde los productores de petróleo, gas y carbón a los consumidores, lo que eleva la renta disponible de éstos y, por tanto, su capacidad y su disposición a asumir el coste de la transición hacia un modelo energético más libre de CO2.
En un escenario de energía fósil abundante y barata, la lucha contra el cambio climático requiere explicar a los consumidores, y a la sociedad en su conjunto, que es necesario destinar una parte de la renta disponible liberada por la reducción de la factura energética a financiar la transición energética. Esto significa que va a ser más necesario que antes mantener el rumbo de la regulación en materia de descarbonización, elevar la fiscalidad de los combustibles fósiles, incluidas gasolinas y gasóleos, reforzar el mercado europeo de derechos de emisión para incrementar el precio de la tonelada de CO2, y destinar los recursos obtenidos a impulsar el ahorro, la eficiencia, la lucha contra la pobreza energética y el desarrollo de las energías renovables, aliviando parte del coste que ahora soporta casi en exclusiva la factura eléctrica.
En el debate, surgieron otros temas como el agravio de castigar a los autoproductores cargando deudas históricas de la factura eléctrica, o la necesidad de que la pobreza energética se resuelva con bonos sociales desde los servicios sociales de proximidad.
Para el caso de Navarra, alertó de la importancia de las interconexiones eléctricas que son básicas en el actual sistema de energía. Asimismo, la necesidad de renovar los parques de energía eólica obsoletos. Aunque situó el actual sector de energía eólica como paralizado en nuevas inversiones considero que a medio plazo tendrá un importante desarrollo.